lunes, 20 de diciembre de 2010

El país de Hallmark


Hay de costumbres a costumbres y de entre todas las que les conozco a los estadounidenses la de enviar tarjetas es la que me parece más cursi. En todos los sitios en donde he trabajado, la constante es siempre firmarle una tarjeta a la persona que cumple años. Tal vez ni la conozcas, quizá has cruzado a lo más un saludo o te la has topado en el comedor de la empresa o en el elevador, pero eso si, llega su cumple y entonces no falta quien (casi siempre la de recursos humanos o la buena compañera que se destaca por andar preocupándose por todos) se acerca a ti con un folder y adentro está la tarjeta. "Sorry but is Martha's birthday and we are sign a card for her and you miss" y ahí vas a tu a leer lo que escribieron los otros para ver si terminas de enterarte quien es la tal Martha y cuando empiezas a identificarla te topas con la mirada fría y apurada de quien te dio la tarjeta porque todavía tiene que recoger 40 firmas más. Claro siempre puedes preguntar, pero se ve pésimo hacerlo porque evidenciarías lo mala compañera que eres al no saber quien es Martha, que desde luego si revisas tu tarjeta de cumple del año anterior verás que ella ( la Martha mencionada) si te escribió algo muy cool. Firmas tarjetas a las que se embarzaron, a las que tuvieron bebés, a los y las que se enfermaron, a los que se aliviaron, a los que fueron padrinos, a los que van a casarse o ya se casaron, a los jefes que hicieron algo bueno y a las personas que tuvieron buenas ideas, como donar juguetes en esta Navidad al hospital de niños y así te la pasas firmando y firmando. La pregunta que siempre me hago es ¿A dónde van a pasar esas tarjetas? Las primeras semanas después de que la entregaron, la persona la pone en su escritorio o librero y al pasar la ves ahí como un adorno más pero un buen día la tarjeta no está y de seguro la de la limpieza se la llevó cuando recogió la basura.
Leo las tarjetas y a veces son tan cursis que si les dieran una mordiad te empacharías de lo dulce, les falta ese ingenio que tienen los mexicanos. Algunas son muy divertidas, una vez un cuasi novio me dio una que decía: Lucía, tu eres realmente otra cosa... ¿pero que cosa?
En este país, hasta los perros dan tarjetas, de veras, yo tengo tres firmadas por mi anterior mascota Scooter, un pequines gruñón que cada Día de la Madre me regalaba flores y una tarjeta. Ya sé que no me creen, pero las tengo archivadas como prueba fehaciente de que este es el país Hallmark.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Las cosas inútiles o el doblador de camisetas



Pues después de Halloween me fui con mi música a otra parte y Dios sabe que no soy ajojolí de todos los malls (moles) es raro cuando visito alguno, pero como hija estaba de visita siempre tenía "necesidad" de ver algo y tras Halloween su " necesidad" fue un doblador de camisetas.



Sí, un doblador de camisetas. En mi vida había oído algo semejante pero ella que está más actualizada y modernizada me explicó que ya no hay necesidad de perder tanto tiempo doblando las camisetas a la antiguita, y sí admito que me choca por eso trato de colgar todas las que puedo. Sin embargo ella dice que no tiene tanto espacio donde vive así que fuimos a buscar el doblador de camisetas que había visto en un anuncio de TV y en internet.



Pero antes de contarles nuestro periplo hasta dar con el famoso doblador, les cuento que mi hija estaba hablando con su hermano por Skype y le contó que ibamos a ir a buscar ese apartejo y él le dijo que no era necesario, que en Youtube había un video donde los japoneses enseñaban una técnica infalible para doblarlas en dos segundos y ahí estuvimos, viendo y ensayando. Yo nunca lo logré pero elloos sí. De cualquier forma mi hija estaba empeñada en comprar el doblador y fuimos a esa tienda que sirve para organizar todo. Reconozco que bien puedo pasar algunas horas ahí, me encanta organizar, soy la reina de la organizadera. A veces pienso que soy una TOC pero me salva mi escencia mexicana y muchas veces dejo cosas al "hay se va" . Pero bueno eso es materia de otra entrada



Natalia ( mi hija ) y yo llegamos a The Conteiner Store y lo primero que vimos fue un paquete con cuatro organizadores de cables. Si te choca tener los cables de la compu, el cel o del ipod o de lo que sea fuera se sitio, pues "eso" te los organiza y los mantiene a raya,



Le preguntamos a una empleada por lo que estabamos buscano y nos refirio al área de lavandería, donde vimos unas pelotas que dizque ayudan a secar más rápido la ropa dentro de la secadora, pero antes de eso pasamos por el área de mascotas y te asombrarías de lo que inventan para hacerte la vida más fácil.


En la tienda referida había maravilla tras maravilla, e inutilidad tras inutilidad. Me sigue asombrando esa capacidad que tienen los gringos de inventar estupideces. Nadie como ellos para hacerse la vida "confortable".


Tengo un amigo en Saltillo que ahora es director de Cultura en Coahuila, se llama Armando, él me platicaba que cuando era joven una amiga y él venían los fines de semana a "macalear" ( es decir de compras a McAllen, Texas) y cuando se aburrían se ponían a buscar en las tiendas las cosas más inútiles. "Nunca olvidaré el día que encontré unas pinzas para despegar los filtros de la cafetera". me contó. Bueno así me sentía yo, viendo pantuflas que dan masajes, un cojín en forma de círculo con un cono encima del mismo material que lo pones en tu pecho cuando estás acostado y te sostiene los libros, un contenedor para tus camisas y camisetas que pones dentro de tu maleta ya dobladas y así no se te arrugan. Una caja para que organices tu celulares y los cables de los cargadores y hasta bolsas para envolver grandes regalos como triciclos o bicicletas. Finalmente encontramos lo que buscábamos y mi hija lo compró por 20 dólares. Llegamos a la casa y como yo había lavado ese día sacamos todas las camisetas y los pantalonesy nos pusimos a doblarlos con el aparatejo. Sí funciona y bien, las deja muy bien dobladas y se tarda uno menos que de la manera artesanal, pero creo que no voy a comprare uno, porque si lo hago estaré siendo parte de esta vida "lazy".


Estados Unidos continua asombrándome y que bueno que es así, porque el día que me acostumbre a estas cosas, creo que habré perdido un poco de mi escencia.


Abur!
PD Les anexo el video para que aprendan a doblar camisetas sin sudar y sin gastar 20 Dlls.



miércoles, 27 de octubre de 2010

Between Día de Muertos y Halloween








Y sigue la nostalgia. Más en estos días en los que el " horror" se me aparece por todas partes y el naranja y ocre se hacen uno con la cotidianeidad y me recuerdan que Halloween está por llegar y debo estar lista en casa con muchos dulces, muchos, para darles a las docenas de niños que van a tocar la puerta la noche del 31 de octubre. Me encanta verlos como sonríen llenos de ilusión porque sus tinas, calabazas o calaveras se les llenan con golosinas que las madres conscientes dosificarán y las inconscientes disfrutarán junto a ellos. Pero cuando era niña no tenía Halloween; en Monterrey empezamos a escuchar de esa tradición cuando ya era casi adolescente y obvio que nadie nos daba nada, porque ¿por qué nos iban a dar para celebrar algo que ni sabíamos qué era? o peor aún ¿por qué nos iban dar dulces cuando andaban todos apurados montando sus altares de muerttos y cocinando como locos para poner la comida y el recuerdo y las fotos del difunto en el altar?
Vagamente recuerdo a mi abuela Estéfana cocinando ( y si hablo sólo de ella es porque a la otra abuela la perdí cuando era muy chiquita) cocinando en grandes cazuelas de barro, que el molito, que el atolito (!Ay como le gustaba los atoles!) que el arroz, que vaya usted a saber qué pero cocinaba todo el día y luego en la noche dejaba todo en grandes platos y los adornaba bonitos y los ponía en una mesa larga con un mantel blanco y llenaba la mesa con flores y aguardiente y mezcal y el retrato de los difuntos, de los que ya se habían ido, su papá por ejemplo, su hijo a quien perdió de una tifoidea cuando era adolescente, un hermano, una hermana, una tía . Yo veía todo asombrada pensando como iban a llegar por la noche todos esos invitados fantasmas a comerse esas delicias y no me daba miedo, me dolía por los tamales de dulce que yo no iba a probar y las otras delicias que no iban a ser para mi. Pero el altar quedaba precioso y entonces ella nos contaba historias maravillosas y el día primero de noviembre nos ibamos todos al panteón a rezarles en la tumba. Ella decía que debíamos dejar la casa sola para que pudieran entrar a gusto. Entonces el último día de octubre tenía para mi un significado mágico, misterioso y no esta chacotería americana de consumismo, de disfrazate a huevo y vuelvete tú el fantasma que va a llegar a atiborrarse de dulces.
Si respeto la tradición y hasta la sigo, ya lo dije, pero entre las dos me quedo con la mía, la del Día de Muertos y sus altares, la de las calaveritas, la de los versos chacoteros burlándonos de la muerte. Me quedo con la mía porque es una delicia, porque no había consumismo y sí misticismo, porque me encanta pensar que los que se fueron van a venir y regresan para gozar para comer lo que les gustaba, lo que le sus deudos cocinaron para ellos.
Me quedo con el mío porque es un acto de amor, simple, llano, precioso, amor al fin.
Abur!






lunes, 25 de octubre de 2010

Latina in USA: A coger... la red se ha dicho

Latina in USA: A coger... la red se ha dicho: "Cuando era niña mi abuela Estéfana solía ir a la frutería Cano, cercana a la casa, a comprar la verdura y la fruta que íbamos a necesitar..."

A coger... la red se ha dicho




Cuando era niña mi abuela Estéfana solía ir a la frutería Cano, cercana a la casa, a comprar la verdura y la fruta que íbamos a necesitar para la comida. Ella tenía una red de plástico en tonos pastel que siempre usaba para cargar la fruta.

Salía de la casa pasadas las 11 de la mañana y aunque era una mujer fría , su manera de decirnos cuánto nos amaba era preocupándose ( en exceso, creo yo) de nosotros. Así que a su regreso de la frutería siempre traía en su red, además de la verduara para la comida, la fruta para sus pájaros y alguna fruta para nosotros, especialmente; es decir no olvidaba a nieto alguno y cada uno tenía algo diferente. Esa fruta variaba siempre de acuerdo a la temporada. Por supuestro de más esta decir que en agosto siempre eran dos o tres; en invierno naranjas y mandarinas y en febrero, las fresas. Tunas rojas o verdes en julio o agosto y sandía en agosto. En marzo y abril, manzanas y así. Tengo su imagen grabada en mi memoria, viendola alejarse por la privada donde estaba mi casa y ella caminando despacio, con su red de plástico.

Aquí , en este lugar del mundo dónde vivo por ahora, me acostumbré a ir al mercado sin bolsas. Voy a hacer la compra como se dice, sin nada, a veces con una lista y entonces echan todo en esas bolsas de plástico que dicen tardan mucho tiempo en degradarse, que tienen el logotipo de la tienda o la carita feliz. Cuando desempaco la compra en mi casa, acomodo todas las bolsas dentro de una sola, las comprimo y las guardo en un cajón, de ahí voy sacando cuando necesito alguna para la basura, para envolver algo y así, pero los últimos años he notado que siempre son muchas más de las que necesito así que cuando me hartan las junto todas y voy a la tienda y las coloco en la caja de reciclables.

Ayer domingo amanecí ambientalista y antes de irme a hacer la compra, saque de uno de los cajones de la alacena esas bolsas que desde hace meses colecciono y nunca uso y que me han dado en diferentes eventos y tiendas, y ahí voy como mi abuela, a comprar, pero no para el día sino para la semana porque si no el tiempo no me alcanza y gastaría más gasolina si voy diario. Debo usar el carro, porque aquí la frutería no está a tiro de piedra como en mi casa en Monterrey ( por cierto que la frutería Cano está en el mismo lugar) y luego llego a la tienda y mientras estoy en el departamento de Frutas y Verduras me asombra ver que es casi noviembre y está lleno de sandías, de peras, de manzanas, de toda clase de frutas, todas, como si las estaciones no importaran y se me acaba el gusto pensando que todo está muy procesado y me asalta la pregunta de si en realidad sé lo que estoy comiendo.

Cuando llego a la caja lo primero que hago es darle al chico que empaqueta mis bolsas y me siento importante porque cuido el ambiente y quiero que todos vean que ando medio preocupada por el planeta, pero ni a él ni a nadie parece importarle.

Salgo con el carrito lleno de bolsas de colores de difererentes materiales perdurables. No más bolsas de plástico me digo. De ahora en adelante con red en mano a la tienda para ver si es cierto que este planeta nos dura más.

Este último párrafo no iba a quedar así, queria poner "De ahora en adelante a coger... la red por supuesto", pero me acordé de lo que le pasó a Dulce María Sauri, la gobernadora de Yucatán que un día en un evento que me tocó cubrir, ellla muy orgullosa agarra el microfono y dice: " A mi me gusta la mujer yucateca porque todas las mañanas se levanta y coje... " el silencio fue precedido por cientos de risas mal dismuladas y cuando Dulce María se dio cuenta de lo que había dicho inmediatamente terminó su frase. "Coje la red para irse al mercado y cocinar para su familia".

Bueno pues mi recomendación es que ustedes cogan , la red lo que se deje, pero sean felices y no se olviden de cuidar nuestro planeta.



Abur!

miércoles, 6 de octubre de 2010

Ser o no ser


La clase de inglés empiza con cinco minutos de retraso, eso no me molesta, es mi primer día y me emociona aprender. En la pizarra hay escrita una oración en inglés que habla del sistema de justicia; la maestra quiere que después de leerla redactemos un párrafo con nuestra opinión al respecto.

Básicamente, el párrafo dice que si creemos que el sistema justicia de Estados Unidos es cuidadosamente planeando, coordinado al adminsitrarse y justo al aplicarse. Antes de escribir nada debemos hacer una especie de mesa redonda en la que cada estudiante dé una opinión al respecto. Estoy en una mesa con seis estudiantes más. Una hondureña con cinco meses de vida en Estados Unidos y embarazada, y los otros mexicanos y mexicanas.

Discutimos y mi opinión simple y llana es que los sistemas de justicia de cualquier país pueden planearse muy bien pero al ser administrados por humanos muchas veces cometen errores. La justicia puede ser letra muerta para muchos o se administra a criterio por lo que creyeron ver o por lo que pensaron que pasó, pero entonces la hondureña saca toda su rabia y rebate con que este sistema es injusto, racista, malo, pero no corrupto como en nuestros países; que los policías cuando ven a alguien morenito como nosotros, cafecito, nos tratan mal, nos llevan a la cárcel y le digo que no es así, que a mi me han detenido policías por multas de tráfico ( no muchos gracias a Dios) pero siempre he encontrado cortesía y ambilidad. Le digo que lo mejor que podemos hacer es portarnos bien, obedecer las leyes y no tendremos problemas, pero insiste en que no es así, en que su suegro y su cuñado, ambos indocumentados, han sido tratados con violencia y los han arrestado. Uno porque iba manejando borracho y el otro porque estaba en la escena de un robo, "pero él no robo nada " asegura.

Cuando el resto del grupo pasa a dar su opinión, todos opinan que sí, que hay racismo, que en este país hay racismo y que no nos quieren porque no hablamos el idioma y que son más duros y estrictos con nosotros, los cafecitos.

Mi acento cuando hablo inglés no puede sonar más mexicano, mi piel es morena y me gusta mucho, un café con leche delicioso, digo para mi. Mi pelo es negro y rizado y soy más mexicana que el nopal y la tuna. Me gusta ser mexicana pero no tengo los sentimientos nacionalistas exacerbados, más bien moderados. Vine a un país diferente, extraño, del que conocía sólo el lado que Hollywood me ofrecía, sin hablar el idioma y muerta de miedo hace exactamente 9 años y tres meses ( se cumplieron ayer), vine porque en mi patria no encontraba trabajo ya era una vieja, pero aqui he encontrado portunidades de todo tipo y no hablo el idioma correctamente pero lo intento. Me disculpo con ellos por no hablar con propiedad pero me ayudan a mejorarlo. Los estudiantes hablaron mal de Obama, yo también, dijimos entre otras cosas que no ha hecho nada de lo que prometió para ayudar a los hispanos y es cierto, es una estrella de Hollywood y Michell también, pero mi humilde opinión es que le exigimos a este presidente de USA lo que no les exigimos a los nuestros. Queremos una reforma migratoria pero no empujamos a nuestros gobiernos a que la negocien, queremos que todo salga de aqui. No, no me malinterpreten, si vinimos a otro país lo menos que podemos hacer es jugar con sus reglas.

Hablemos el idioma, respetemos sus leyes y tradiciones y mantengamos un bajo perfil. Hagámonos ciudadanos si podemos y votemos. Hay gente que tiene 15, 20 o 30 años aqui y no habla inglés y jamás se han hecho ciudadanos, no nos involucramos, nos idiotizamos con la mierda de televisión que nos dan y luego queremos que por arte de magia nos den nuestros papelesy nos hagan legales como dicen ellos.

A mi no me interesa la celebración del pavo (Thanksgiving) pero la celebro y la veo como una oportunidad más de tener una fiesta o de ir a una fiesta,

Lo triste de esa primera clase fue darme cuenta que aún fuera de sus países se siguen sintiendo menos, el síndrome de la conquista no los abandona. A mi nadie me discrimina o más bien no los dejo, no soy menos que ellos porque soy morena. Me descriminaron en mi país porque si eres mayor de 31 años ya no puedes solicitar empleo. eso es discriminación Soy una exiliada económica y no me arrepiento. No me gusta Estados Unidos del todo, pero México me gusta menos ahora.


Abur!

martes, 28 de septiembre de 2010

México Distrito Federal, México Distrito Federal


Así dice una de las acertadísimas canciones de Chava Flores, ese excelente compositor mexicano que supo retratar perfectamente la idiosincracia del chilango. No, para mi no despectivo el término y como muchos y muchas tampoco sé de dónde viene. Especulaciones hay muchas, certezas ninguna. Se les llama chilangos y ese mote ha sido objeto de burlas, chistes, respeto, historias, cuentos, novelas, calcomanías, en fin.

Respirar el DF es respirar vida, movimiento, color, luz, polusión, orgullo, pero también es llevarse por dentro una desolación y una tristeza, al ver esos miles de miles de rostros que parecen gravitar dentro de un enorme mounstro que los consume de a poco o se los traga del todo. A los primeros, el susto de saberse devorados los mantiene con los ojos abiertos, expectantes al acecho de lo que venga para sobrevivir otro día, otras horas. Los segundos saben que perdieron la batalla y deambulan como fantasmas sin interferir, sin molestar sin hacer ruido casi.

Ahí estaba la niña de 13 años frente al Centro Cultural José Martí, mangas del uniforme escolar remangadas y mandil al frente, resignada a tortear el maíz para hacer las quesadillas de pollo, de flor de calabza, de huitlacohce; mientras la juventud y la vida amenzan con desbordarla, ella permanece serena, absoluta y hasta parece decidida a ganarle la batalla a la vida y segura de que saldrá con la suya y que el futuro será de ella, aunque ese futuro sea un embarazo temprano y un cuasi motrimonio fracasado antes de nacer siquiera.

Y después el metro, largo con sus ahora casi 12 líneas, arrebatador, impactante. La aventura de recorrer sus túneles siempre es recomendable por las curiosidades que una encuentra: Un conjunto de invidentes cantando en inglés canciones de Whitney Houston por el precio que usted quiera cooperar, una exposición en el metro Pino Suárez de "Los rostros del metro" donde están perfectamente fotografiados casi todos los sentimientos, el orgullo, la desesperanza. el amor, la tristeza, el dolor, la alegría pero todos son anónimos, nadie los ve, nadie se percata de ellos porque todos llevan en sus mentes la siguiente estación, encontrar un asiento o que ese sea su día de suerte y su vida cambie para siempre.

Entonces, al adentrarse en los vagones la cotidianediad de muchos se vuelve azoro en otros o sorpresa mal dismiulada en los turistas porque el vagon se convierte de pronto en mercado, farmacia, discoteca, papelería, librería. Los vendedores recorren el metro como Juan por su casa ofreciendo de todo, las pastillas de Eucalipto para la tos, el cd con más de 200 canciones de moda, todas pirateadas, el libro con las tareas escolares ya resueltas para que el padre, la madre no batalle con sus hijos, la cubierta de plástico para sus documentos importantes o 10 plumas para que nunca se quede sin tinta y firme las escrituras de su casa y todo, todo cuesta 10 pesos.

Sí, México es grande, surrealista, anónimo. México DF es un mosaico maravilloso de pasiones contenidas por la tragedia cotidiana. Ahí hay de todo y no hay nada pero queda claro que 22 millones de personas respiran dentro de un mounstro inacabable, resistente o inmortal hasta ahora, hasta el momento en que alguien al fin despierte y grite su grito arrastre consigo las almas de todos los que se nieguen a morir devorados por su incomprensión.



Abur!


lunes, 27 de septiembre de 2010

Agua pasada


Motivada por la curiosidad, que para mi siempre es suficiente para adentrarme en cualquier aventura, decidí ir a la conferencia que Laura Esquivel ofreció en el Mountain View College aqui en Dallas hace varios días. Y no porque crea que Cómo agua para chocolate sea una excelente novela, sino porque quería preguntarle sobre la forma en que estructura sus libros y si es una escritora cómplice como apuntaba Córtazar que él era, o si planeaba sus personajes.

Siempre he pensado que Como agua para chocolate no es realismo mágico, pese a lo que se diga y después leí La Ley del amor a la cual tampoco puedo encasillar en género alguno, salvo en el de mamotreto, si este existiera, de hecho, esta segunda novela casi ni se menciona, salvo en las biografías de Esquivel, porque es mala, mala como la quinina como diría Liliana Felipe.

Bueno ahí me voy a escuchar la conferencia de esta escritora. El auditorio lleno de estudiantes con su hoja de tarea al frente, es decir, obligados por sus maestros a asisitir.

El discurtso de Esquivel bastante pasado de moda, propone ella que creamos al nuevo hombre a partir de la cocina, que seamos nosotras las mujeres, las vanguardistas de esta generación y volvamos a las ollas, el tizne y los rebozosos para sacar de ese cuarto de nuestras casas y desde el calor de la misma al ser humano que habrá de cambiar esta sociedad consumista, metalizada, desvalorizada.

Recuerda ella que cuando escribía Como Agua para chocolate, la comida y la cocina mexicana se le sobredimensionaron al punto de casi querer golpear a su hija cuando estaba pisando un grano de maiz, porque estaba pisando al Dios máximo de los mexicanos ( por aquello de que somos la raza del maíz) en fin que me pareció pasado de moda, sin sustancia y era coherente cuando estaba leyendo su discurso y vaga al improvisar.

No me gusta Esquivel lo he dicho escrito y sostenido pero deseaba saber si escribía con el corazón, para mí la única y valedera forma de expresarse a través de la palabra , pero no, ella me dijo que se sentaba a planear sus personajes, el carácter de cada uno, lo que iban a decir, lo que harían y luego ya con la estructura en mente fluía en los diálogos.

Esquivel dio un primer hitazo con esa novela que a todos encantó y a muchos desencantó. A mi nunca me pareció la hostia pero admito que la leí interesada porque en el club de cuentacuentos al que entonces pertenecía era objeto de culto, luego leí La Ley del amor y hasta ahí, me pasó como con Dan Brown, les doy dos oportunidades si en la segunda no me conquistan los dejo pasar, no pierdo ni mi tiempo ni mi dinero con ellos.

Lástima cierto, en este país siempre es así, en lugar de traernos bueos escritores Hollywood manda y a Esquivel la trajeron porque su esposo Arau hizo una película de un libro que nació siendo eso, una película y mala por cierto, como un burócrata sin quincena.



Abur!

jueves, 2 de septiembre de 2010

Entre narcos anda el show


Si el arte se inventó para corregir la realidad como dice Mario Vargas Llosa, entonces los medios de comunicación se crearon para ¿ deformarla? Desde hace meses me he estado preguntando lo mismo. ¿Dónde están nuestros cenurados medios en los que enseñar un poco más de la cuenta era un gran pecado? Ahora no sólo se enseña sino que parece que hacerlo es una condición sine qua non para ser parte de ellos, pero más allá de la censura corporal a la que admito podría acostumbrarme, lo que realmente me ha preocupado últimamente es esta sensación de magnificidio de la maldad en la que creo están inmerosos; sobre todo la televisión en español estadounidense.

A ver El cartel fue todo un suceso televisivo, luego vino El capo, Rosario Tijeras, Regreso a la Huaca, La reina coronada y la lista no termina, ahora la novedad a estrenar es Operación Jaque y El Cartel II. La primera promete ser una especie de recuento de los daños sobre la vida de Ingrid Betancourt cuando fue secuestrada en la selva. Me intriga verla para saber cómo los escritores van a resumir en una serie de unas cuántas horas tantos años de secuestro, de las otras mencionadas no tengo opinión, las he visto en contadas ocasiones algún capítulo, algún episodio suelto o escena mientras le cambio a la tele, así que me queda un malísimo sabor de boca al ver tanto mal gusto reunido en escasa media hora o un hora de duración.

La constante en estas series o novelas son armas, muertes, intriga, semidesnudos y por supuesto todos los estelares tienen cuerpos excelentes. ¿Envidia? en lo absoluto, siempre me ha parecido muy denigrante valerse sólo del cuerpo para ganarse el pan, digo si el talento está tan escondido que es necesario recurrir a mostrar lo que Dios nos dio y el cirujano arregla, pues que pena ¿no?

Lo peor es que esta oleada de narcos estelarse se ha instalado como una muestra de nuestros días y de lo que es nuestra sociedad, pero lo verdaderamente malo es que los productores televisivos nos los vendan cada noche como heroes de este siglo. En fin, entre narcos anda el show y parece que el dinero lavado ¿entre los productores?


Abur!







viernes, 9 de julio de 2010

Entre Ingrid y el pulpo Paul



¿Cómo se pone una un curita en el alma? Esa es una pregunta que Mafalda se hizo cuando vio un niño pidiendo limosna.

Pues esa es exactamente la pregunta que tengo ahora en mente ¿Cómo sanar este sentimiento que queda ante la ingratitud humana? Alguna vez admiré a Ingrid Betancourt, he leído su libro y seguido su carrera. Me conmocioné cuando la secuestraron y más cuando vi la imagen que en el 2008 publicaron de ella... tan desfallecida, tan llena de desesperanza, tan sola ante la adversidad. Sin embargo pocas horas después de su liberación mis dudas (y supongo que las de miles de personas) afloraron. ¿Por qué su mejor amiga y secretaria, compañera de fórmula en la carrera presidencial, Clara Rojas se mostraba reacia a hablar de ella y con ella? Recordemos que Clara había sido liberada primero que Ingrid y regresó del secuestro en la selva con un hijo, Emmanuel, de quien hasta ahora no se sabe a ciencia cierta quien es el padre. Después vinieron los rumores de que había tenido amoríos con otro de los secuestrados. Ingrid nada declaró al respecto, haciendo valer sus derechos de ciudadana francesa, se olvidó de Colombia y del amor que tenía por su patria y se mudó a Paris. Lo que más que intrigó de sus decisiones es que el amor que decía tenerle a su segundo esposo se esfumó y con su liberación también vino el divorcio. Confieso que hasta intenté entender qué pasaba por su mente. Tal vez el trauma de seis años de secuestro le cambiaron la brújula de la vida.

Se dedicó a viajar, a dar conferencias desde su púlpito de víctima y a ganar premios.

Ahora cuando no tenía los reflectores sobre ella decide demandar al gobierno de Colombia por 6.5 millones de dólares porque según ella, considera que el gobierno es responsable de su secuestro al no garantizarle la seguridad cuando andaba en campaña.

¿Cómo llegó a esa cantidad? ¿Cómo calculó la suma? ¿Qué consideró, los salarios que no ganó como presidenta? Si fue asi ni siquiera puede saber si hubiera ganado.

Lo cierto es que la demanda es un desatino, primero porque al rescatarla se pusieron en riesgo muchas vidas y se gastó dinero. Segundo porque su madre Yolanda Pulecio ( quien parece unificar criterios de animadversión entre los colombianos) siempre criticó al presidente Alvaro Uribe y hasta la exigía el intercambio de guerrilleros por secuestrados. Y tercero porque entonces habría que indeminizar a todos los miles de secuestrados que no han sido rescatados por el Ejército o bien a sus familias en el caso de aquellos que han muerto.

Mientras Ingrid da la sorpresa y muestra su lado oscuro al mundo, hay otra noticia dando vuelta al mundo, el famoso pulpo Paul, quien ha acaparado la atención por vaticinar a los ganadores de la Copa Mundial de Soccer. Paul vive en un acuario de Alemania y hasta ahora sólo una fallado una vez. No creo que un pulpo tenga dotes adivinatorias, pero me divierte que la gente lo piense y los medios reproduzcan noticias como ésta. Sin embargo viendo cómo están las cosas, creo que entre Ingrid y Paul, me quedo con el segundo, al menos Paul tiene como excusa que no tiene cerebro, ni alma pero Ingrid, ¿que excusa tiene para su desatino?



PD. Pregunta para Ingrid. ¿Cómo vas a dormir tranquila después de leer el repudio que sienten tus expatriotas por ti? Lo cierto querida Ingrid es que después de este desatino lo mejor que puedes hacer es quedarte callada, no te verás más bonita ciertamente pero al menos no unificaras odios en tu contra.

jueves, 4 de marzo de 2010

Winsel y Yandel, también pasarán

Lo bueno, buenísimo de las modas es que pasan. Todo pasa, y pronto no son más que un recuerdo que despierta algún sentimiento, muchas de las veces de verguenza o pena por habernos dejado arrastrar por ellas. En eso, sólo en eso pienso cuando escucho la canción Gracias a ti, de Winsin y Yandel. Antes me pasaba con el reagetton, me pasé todo el 2005 deseando que desaparecieran de las estaciones seudo cantantes como Daddy Yanqui o el golpeador de Don Omar ( que nombre por Dios que falta de autoestima al agregarle ese Don) y finalmente ya no se escuchan tanto, siguen siendo populares en su natal islita, pero aquí la radio al menos ya no los toca como antes. Bueno ahora está de moda la bachata, un poco más soportable que el reagetton, aunque igual de naca. El caso es que cuando escuché por primera vez la cancion mencionada (Gracias a ti) casi tengo un accidente automovilístico y es que no lo podía creer, esa pronunciación de: dejastes, llegastes, abrigastes, levantastes, y lo cantan, así sin pena sin temor y nadie no hay en este mundo, nadie que les dijera que estaban pronunciando mal, que tenían una pronunciación de barriada y eso es lo que son gente de barriada, de lo peor.
Pero además está el verso facilón y cursi, donde la métrica importa más que el contenido y hasta se dan el lujo de creerse poetas.
Podrán ser los productores musicales de momento pero la verdad son de barriada son naquísimos y sus versos son de a penny. No estoy hablando sin conocimiento de causa, porque cualquiera con dos dedos de frente, cualquiera que haya leído un libro sabe que no se dice dejastes, llegastes, perdonastes, pero por supuesto nuestros seudoídolos musicales nunca han abierto un libro así que no pueden saber cosas tan simples como ésta. Lo bueno es que pasarán, pronto no serán más que un recuerdo y por supuesto serán un recuerdo de mucha vergueza.

Abur!