lunes, 25 de octubre de 2010

A coger... la red se ha dicho




Cuando era niña mi abuela Estéfana solía ir a la frutería Cano, cercana a la casa, a comprar la verdura y la fruta que íbamos a necesitar para la comida. Ella tenía una red de plástico en tonos pastel que siempre usaba para cargar la fruta.

Salía de la casa pasadas las 11 de la mañana y aunque era una mujer fría , su manera de decirnos cuánto nos amaba era preocupándose ( en exceso, creo yo) de nosotros. Así que a su regreso de la frutería siempre traía en su red, además de la verduara para la comida, la fruta para sus pájaros y alguna fruta para nosotros, especialmente; es decir no olvidaba a nieto alguno y cada uno tenía algo diferente. Esa fruta variaba siempre de acuerdo a la temporada. Por supuestro de más esta decir que en agosto siempre eran dos o tres; en invierno naranjas y mandarinas y en febrero, las fresas. Tunas rojas o verdes en julio o agosto y sandía en agosto. En marzo y abril, manzanas y así. Tengo su imagen grabada en mi memoria, viendola alejarse por la privada donde estaba mi casa y ella caminando despacio, con su red de plástico.

Aquí , en este lugar del mundo dónde vivo por ahora, me acostumbré a ir al mercado sin bolsas. Voy a hacer la compra como se dice, sin nada, a veces con una lista y entonces echan todo en esas bolsas de plástico que dicen tardan mucho tiempo en degradarse, que tienen el logotipo de la tienda o la carita feliz. Cuando desempaco la compra en mi casa, acomodo todas las bolsas dentro de una sola, las comprimo y las guardo en un cajón, de ahí voy sacando cuando necesito alguna para la basura, para envolver algo y así, pero los últimos años he notado que siempre son muchas más de las que necesito así que cuando me hartan las junto todas y voy a la tienda y las coloco en la caja de reciclables.

Ayer domingo amanecí ambientalista y antes de irme a hacer la compra, saque de uno de los cajones de la alacena esas bolsas que desde hace meses colecciono y nunca uso y que me han dado en diferentes eventos y tiendas, y ahí voy como mi abuela, a comprar, pero no para el día sino para la semana porque si no el tiempo no me alcanza y gastaría más gasolina si voy diario. Debo usar el carro, porque aquí la frutería no está a tiro de piedra como en mi casa en Monterrey ( por cierto que la frutería Cano está en el mismo lugar) y luego llego a la tienda y mientras estoy en el departamento de Frutas y Verduras me asombra ver que es casi noviembre y está lleno de sandías, de peras, de manzanas, de toda clase de frutas, todas, como si las estaciones no importaran y se me acaba el gusto pensando que todo está muy procesado y me asalta la pregunta de si en realidad sé lo que estoy comiendo.

Cuando llego a la caja lo primero que hago es darle al chico que empaqueta mis bolsas y me siento importante porque cuido el ambiente y quiero que todos vean que ando medio preocupada por el planeta, pero ni a él ni a nadie parece importarle.

Salgo con el carrito lleno de bolsas de colores de difererentes materiales perdurables. No más bolsas de plástico me digo. De ahora en adelante con red en mano a la tienda para ver si es cierto que este planeta nos dura más.

Este último párrafo no iba a quedar así, queria poner "De ahora en adelante a coger... la red por supuesto", pero me acordé de lo que le pasó a Dulce María Sauri, la gobernadora de Yucatán que un día en un evento que me tocó cubrir, ellla muy orgullosa agarra el microfono y dice: " A mi me gusta la mujer yucateca porque todas las mañanas se levanta y coje... " el silencio fue precedido por cientos de risas mal dismuladas y cuando Dulce María se dio cuenta de lo que había dicho inmediatamente terminó su frase. "Coje la red para irse al mercado y cocinar para su familia".

Bueno pues mi recomendación es que ustedes cogan , la red lo que se deje, pero sean felices y no se olviden de cuidar nuestro planeta.



Abur!

No hay comentarios:

Publicar un comentario