viernes, 9 de julio de 2010

Entre Ingrid y el pulpo Paul



¿Cómo se pone una un curita en el alma? Esa es una pregunta que Mafalda se hizo cuando vio un niño pidiendo limosna.

Pues esa es exactamente la pregunta que tengo ahora en mente ¿Cómo sanar este sentimiento que queda ante la ingratitud humana? Alguna vez admiré a Ingrid Betancourt, he leído su libro y seguido su carrera. Me conmocioné cuando la secuestraron y más cuando vi la imagen que en el 2008 publicaron de ella... tan desfallecida, tan llena de desesperanza, tan sola ante la adversidad. Sin embargo pocas horas después de su liberación mis dudas (y supongo que las de miles de personas) afloraron. ¿Por qué su mejor amiga y secretaria, compañera de fórmula en la carrera presidencial, Clara Rojas se mostraba reacia a hablar de ella y con ella? Recordemos que Clara había sido liberada primero que Ingrid y regresó del secuestro en la selva con un hijo, Emmanuel, de quien hasta ahora no se sabe a ciencia cierta quien es el padre. Después vinieron los rumores de que había tenido amoríos con otro de los secuestrados. Ingrid nada declaró al respecto, haciendo valer sus derechos de ciudadana francesa, se olvidó de Colombia y del amor que tenía por su patria y se mudó a Paris. Lo que más que intrigó de sus decisiones es que el amor que decía tenerle a su segundo esposo se esfumó y con su liberación también vino el divorcio. Confieso que hasta intenté entender qué pasaba por su mente. Tal vez el trauma de seis años de secuestro le cambiaron la brújula de la vida.

Se dedicó a viajar, a dar conferencias desde su púlpito de víctima y a ganar premios.

Ahora cuando no tenía los reflectores sobre ella decide demandar al gobierno de Colombia por 6.5 millones de dólares porque según ella, considera que el gobierno es responsable de su secuestro al no garantizarle la seguridad cuando andaba en campaña.

¿Cómo llegó a esa cantidad? ¿Cómo calculó la suma? ¿Qué consideró, los salarios que no ganó como presidenta? Si fue asi ni siquiera puede saber si hubiera ganado.

Lo cierto es que la demanda es un desatino, primero porque al rescatarla se pusieron en riesgo muchas vidas y se gastó dinero. Segundo porque su madre Yolanda Pulecio ( quien parece unificar criterios de animadversión entre los colombianos) siempre criticó al presidente Alvaro Uribe y hasta la exigía el intercambio de guerrilleros por secuestrados. Y tercero porque entonces habría que indeminizar a todos los miles de secuestrados que no han sido rescatados por el Ejército o bien a sus familias en el caso de aquellos que han muerto.

Mientras Ingrid da la sorpresa y muestra su lado oscuro al mundo, hay otra noticia dando vuelta al mundo, el famoso pulpo Paul, quien ha acaparado la atención por vaticinar a los ganadores de la Copa Mundial de Soccer. Paul vive en un acuario de Alemania y hasta ahora sólo una fallado una vez. No creo que un pulpo tenga dotes adivinatorias, pero me divierte que la gente lo piense y los medios reproduzcan noticias como ésta. Sin embargo viendo cómo están las cosas, creo que entre Ingrid y Paul, me quedo con el segundo, al menos Paul tiene como excusa que no tiene cerebro, ni alma pero Ingrid, ¿que excusa tiene para su desatino?



PD. Pregunta para Ingrid. ¿Cómo vas a dormir tranquila después de leer el repudio que sienten tus expatriotas por ti? Lo cierto querida Ingrid es que después de este desatino lo mejor que puedes hacer es quedarte callada, no te verás más bonita ciertamente pero al menos no unificaras odios en tu contra.