jueves, 16 de agosto de 2012

Dos poemas

Renuncia




Me fui despacio,

con el agua al cuello

me fui tranquila y

sin mirar el cielo

atrás dejaba el mar

el horizonte claro

el miedo, la decencia,

las ganas, el decoro

atrás quedó eso que se llamaba vida.

Me enfrenté a mis culpas

y disfruté el castigo

me ahogué en felicidad

porque me supe mía.




Abierta




Me suicidé la noche que me dejaste abierta

No pude con la espera ni con la incertidumbre

desposeída estaba de esperanza

Me suicidé sin lágrima por medio

con la consigna cierta de no pertenecerte

me suicidé, y al hacerlo,

te di permiso de gobernar mi vida.



Irrumpiste en mis entrañas sin dulzura

me negaste a la fortuna, me dejaste yerma

absurda, sola.

Mi sangre manchó el amanecer

pero ese día

no despertó la tierra.





No hay comentarios:

Publicar un comentario