domingo, 10 de julio de 2011

Por todo lo que nos diste




Era una mujer casada e infeliz, madre de dos pequeños y era 1984 cuando fui por primera vez a un concierto de Facundo Cabral. Conocía sus canciones de antes pero nunca lo había visto. Fui con una amiga llamada Eloísa y cuando escuchamos "Vuele bajo" nos quedamos calladas en ese segundo piso del teatro del IMSS, embargadas por la emoción, llorando en silencio. Y me acuerdo tanto de esa noche porque Cabral se me reveló como un juglar, un encantador de mentes, un ser de otro mundo. Y esa noche me olvidé de lo desdichada que era. Muchos años después era una mujer vuelta a casar y feliz, vivía en Mérida y contaba cuentos en la Plaza principal los domingos. Una tarde de un domingo mientras daba mi función estaba feliz pensando que esa noche iba a ir al Teatro Peón Contreras a escuchar a Facundo Cabral. Terminé la función y dos hombres se acercaron a felicitarme, uno de ellos era Facundo Cabral, sonriendo de dijo: Me gustaron mucho tus cuentos, además nos transportas con ellos, gracias por lo que haces". Sobra decir que yo no podía ni hablar de la emoción le dije que iba a verlo más tarde y le pedí que cantara "Vuele bajo". "Y no sé", contestó, "Vamos a ver que Dios quiere". Me quedé pensando que era una idiota, tuve a ese hombre enfrente de mi y le pedí "una complacencia". Horas más tarde, sentada en el teatro, escuchándolo, me sentía agradecida de que un hombre como él a quien tanto admiraba me hubiera felicitado. De pronto escuché: "Esta tarde una señora que cuenta cuentos muy bonitos aqui en la plaza me pidió está canción. Va para ella y por sus historias que son muy buenas" y cantó "Vuele bajo".


Muchos años después fui a verlo otra vez en el teatro Blanquita del DF y cada vez que lo escuchaba volvía siepmore a mi esa serenidad, esa paz, esa sensación de conocer a un ser que no le debe nada a nadie, que ha cumplido a cabalidad que está en paz. Por eso no entiendo su muerte. No le hacía mal absolutamente a nadie y si en cambio nos serenaba a muchos.


Facundo Cabral estoy enojada, encabronada, desilusionada. No he dejado de cantar tus canciones desde ayer, de ver tus videos y como decias, no quiero distraerme me voy a enfocar te lo juro, me voy a ocupar. Sé que ya perdonaste a quienes te apartaron de nosotros, un ser como tu no sabía guardar rencor, pero yo no soy como tú, soy muy humana y vivo de este lado del mundo. en un país donde la gente se interesa muy poco de seres tan magnificos como tu. A tu asesino sólo le digo: Te equivocaste hombre del mal. Te equivocaste. Perdonate si puedes.




Abur!


No hay comentarios:

Publicar un comentario