jueves, 5 de noviembre de 2009

México, otra vez...


Soy una exiliada económica. Me vine de mi país México porque era "demasiado vieja" para encontrar trabajo. Tenía 39 años y el quote de "demasiado vieja" no es mío, sino de un editor de Milenio, en Monterrey, quien me dijo que pese a mis habilidades para el periodismo y mi excelente curriculum no me podían contratar. Así que con mi vejez encima me vine a Estados Unidos para ver en qué podía trabajar.
Mordí el polvo como muchos y no me arrepiento. Aquí la lucha ha sido fructífera y casi siempre subo escalones. En México parecía no importar cuánto me esforzaba, cuánto me aplicaba en la lucha, al final del mes nada era suficiente.
Amaba mi país, deseaba vivir en él toda la vida, incluso me entré de lleno en la lucha política sin descanso, sin tregua y sin mesura porque anehlaba darles a mis hijos un mejor futuro . Amo México, ahí viven mi mejores amigos, mis hijos, mi familia. No tenía una razón (aparentemente) para dejarlo, pero cuando el hambre entra por la puerta...

Viviendo en Estados Unidos tengo mi país a tiro de piedra. Como me dijo cierta vez una coreana: Ustedes no batallan, cruzan la barda y ya está. A nosotros nos cuesta mucho dinero. No es tan fácil como ella supone.

El regreso cuesta y cada vez que cruzas la frontera la cruda realidad de lo que vive nuestro país te azota la cara.

Regreso, cada vez que puedo regreso, eso es por lo menos una vez al mes. Sé de muchos que no pueden volver, las razones son variadas, dinero, tiempo o la más triste de todas: los papeles. No tienen forma de regresar y prefieren no arriesgarse porque ya saben lo que encontrarán en su país de origen y no quieren arriesgar lo que tienen.

Esta semana pasé algunos días en Monterrey, la ciudad de la que soy originaria y por una extraña decisión el nuevo alcalde de la ciudad dejó a ésta sin policías de tránsito. Los reunió a todos para evaluarlos y ver quién merece estar en el cargo y quién no. Sin auto para moverme allá viaje en taxis todo el tiempo, por lo menos me subí a 10 y todos los choferes, ignorando mi procedencia me hablaban de lo mismo. "Que rico es trabajar así sin tránsitos. Hasta el tráfico fluye mejor. Hoy no hubo embotellamientos. Ya estamos cansados de que nos extorsionen y nos quiten el dinero que ganamos".

Por raro que parezca no se registraron accidentes ni en las zonas escolares.

En 1997 la ONU hizo por primera vez un estudio con el que querían determinar cuáles eran los países más corruptos del mundo. Y México quedó en el vigésimo sitio. Recuerdo que cuando estábamos en el partido y nos enteramos de ese honroso sitio alguien dijo que lo cierto es que México había ganado el primer sitio como país más corrupto pero había pagado para aparecer más atrás.

Aunque parezca un chiste, lo cierto es que no lo es.

Quiero regresar, cierto. Quiero volver a estar con los míos, pero la verdad es que cada vez que cruzo la frontera que camino por mi país que me adentro en sus entrañas no he tenido ni una señal, ni un indicio, ni un atisbo ni asomo de que no hubiera hecho lo correcto cuando me exilié.


Abur!


Lamaga

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